Web Miss Fantasias

sábado, 6 de marzo de 2010

Pornografía en las Parejas

Términos como erotismo, sexualidad y pornografía suelen confundirse, lo cual es un grave error, porque cada uno tiene su propia significación y sólo tienen en común que el sexo está presente.

El erotismo pertenece al amor, sin que la genitalidad aparezca por ningún lado. Podemos amar a plenitud a nuestros seres queridos, pero especialmente a la pareja con quien tenemos un vínculo que va más allá de lo sexual porque nos entrelazan afectos, complicidades y compartir muchas cosas de la vida.

En cambio, la manifestación sexual -conocida como sexualidad- tiene su expresión más acabada en la relación sexual (cópula), en la que está presente la genitalidad. En la relación sexual dos personas tienen una satisfacción mutua y de intercambio mediante una serie de afectos, caricias y estímulos placenteros.

La sexualidad se puede vivir de manera parcial, es decir, con una caricia, un beso, o de manera total a través de la cópula, con o sin orgasmo.

La pornografía consiste esencialmente en la presentación de materiales de diverso tipo (literario, fílmico, fotográfico, artístico o de otro tipo), que incitan a la sexualidad. La pornografía es -o pretende ser- un elemento de excitación sexual, pero muchas veces llega a sustituir la relación sexual y desvía la atención de las personas que sólo se dedican a disfrutar el material mismo.

Hay un intenso debate en torno a la pregunta: ¿esto es o no perversión sexual? Mientras se ponen de acuerdo quienes discuten, el avance de la pornografía como un producto a vender es más que impresionante. Hoy día en la propia Internet, los sex-sitios o los porno-sitios han crecido de manera alarmante.
¿Comparto o no?

Muchas de nuestras amigas nos preguntan si es malo o bueno que sus parejas quieran compartir pornografía con ellas.

Como en muchos aspectos de la sexualidad de la pareja, hay a quienes les agrada la pornografía, hay quienes la aborrecen, pero en ningún caso se tiene el derecho de que alguien imponga a otra u otro una práctica que no desea.

Es posible que una película erótica y sexualmente atrevida no sea, necesariamente, pornográfica y sí un extraordinario estímulo sexual. Las reacciones son múltiples: una escena burda puede causar tal efecto en quien la mire que, lejos de estimularse, puede llegar a aborrecer el sexo… y hasta a su pareja. La pornografía suele carecer de calidad, mientras lo erótico generalmente prescinde de lo pornográfico para ser. Sobran ejemplos de arte en este sentido.

Hay quien afirma que la pornografía es el recurso más ramplón para excitarse, sobre todo si se tiene a una persona de carne y hueso, y con deseos, al lado; que la utilización de materiales pornográficos muestra escasa imaginación para lograr una relación sexual plena con el otro…

Como muchas cosas en la vida, es una cuestión de enfoques, ¿no te parece?
Fuente: www.todamujer.com